lunes, 23 de febrero de 2009

Techado plaza de toros Mérida Venezuela

Leí en la prensa local sobre este proyecto y me pregunto: ¿por qué mejorar un lugar donde el atractivo principal es la lidia, donde se maltrata cruelmente a un animal indefenso como son los toros en una actividad sangrienta que atenta contra el mandamiento que ordena “No matarás” y que no especifica a quién?

Así que quien mata cruel y malsanamente con alboroto y placer a un ser acorralado, comete delito al igual que el espectador que desaforadamente grita y aplaude estos actos.

¿Por qué no abrir una escuela de Moral y Luces que tanto predicó el gran libertador Simón Bolívar y que consideró como primera necesidad de todos?

Hoy vemos que la moral es un tabú y las luces se han tornado en tinieblas, como invertir recursos en un proyecto que de humanitario no tiene nada.

Las universidades no se crearon para enseñar actividades que conllevan a la muerte, los vicios, la sociedad de consumo, el derroche y el martirio.

¿Qué dirá Mariano Picón Salas de la universidad con la ciudad por dentro, como soñó y predicó?

Pensemos en las necesidades prioritarias del pueblo y promocionemos actividades que les puedan mejorar su vida, dándoles las herramientas necesarias para laborar y producir y no nos preocupemos por actividades o mejoras que sólo ocasionan problemas, adquiridos por costumbres heredadas de culturas ajenas a las nuestras y se debe consultar a la población, si considera que estos proyectos son útiles y beneficiosos en general o sólo se beneficia la sociedad de consumo y sus aliados.

Conservemos y protejamos la Naturaleza y su entorno para el bien de todos y así estaremos honrando nuestro planeta tierra. Si este proyecto va en beneficio de la Cultura Nuestra en todas sus áreas: música, conferencias, folclor, deportes, canto, eventos culturales, políticos, sociales, comunitarios, alimenticios, religiosos, infantiles y juveniles; sí debemos todos apoyar con entusiasmo y colaborar, pero en honor a las corridas de la muerte y Escuela Taurina para matar, ¡NO!



anadezeo@gmail.com