martes, 21 de abril de 2009

NO A LOS TRANSGENICOS



El 18 de abril se lleva a cabo la marcha mundial contra los transgénicos, motivo a ser una amenaza para la salud, el medio ambiente y la soberanía alimentaria de los pueblos. Estos productos aberrados son obra del capitalismo, la ciencia y la tecnología, perjudicando la alimentación ancestral, tradicional, sana y sabrosa, sostén de la vida y de la naturaleza. Dañan sus suelos con los monocultivos y los agroquímicos destructores (glifosato). La ineficacia de las naciones y sus gobernantes para diseñar políticas alimentarias propias de cada región, permitiendo que las empresas capitalistas se inmiscuyan en nuestros patrones alimentarios, obligándonos a consumir estos aberrantes productos, perjudicando nuestra salud, economía, ancestro y libertad. Vemos que valen más los convenios comerciales alimentarios que la soberanía de los pueblos de comer sano, sabroso y barato.


Estos productos creados en los laboratorios tecnocientíficos, violando la protección animal, usando los genes de ellos, los más resistentes, ejemplo, las rutas para concatenar con genes vegetales a fin de obtener variedades violatorias a la ley natural; logrando alimentos resistentes y de larga duración, con fines de lucro.
Nuestro mercado está atiborrado de estos alimentos: aceite, leche, salsas, harinas, enlatados, pastas, medicinas y otros, que contienen soya transgénica, dañina para la salud, los suelos, la soberanía alimentaria y la economía de nuestros productores, por su bien no los adquiera. El Secretario de la O.N.U., señor Ben, dijo: “tenemos que buscar la forma de dar de comer a los hambrientos”. Nosotros decimos que el pueblo que cultiva sus propios alimentos autóctonos en cada región no es hambriento, hambre de dinero tiene el Imperio de la Monsanto con su soja transgénica para doblegarnos por el estómago. Desde aquí luchemos por una Venezuela libre de transgénicos al igual que América, Europa, Asia, África y Oceanía. Cada región tiene derecho a cultivar sus propios alimentos para su consumo, respetando su soberanía propia.

La soberanía alimentaria y la libertad son sagradas.


anadezeo@gmail.com